LAS ALFORJAS ESPAÑOLAS
La política española atraviesa el desierto de su propia ignorancia e inconsciencia.
El burro español de la política no puede más porque todos sus arrieros han llenado las alforjas de tal cúmulo de idioteces, insensateces e ignorancias que se está hundiendo con todo el bagaje en el terreno duro de la cabezonería.
Es inútil escribir, prácticamente se twitea y retwiea la gente como en un baile maldito de insensatez.
Las redes sociales mandan, los programas realitys invaden el hogar y el adocenamiento llega a niveles de tontuna que todo indica la desaparición inmediata de esta civilización idiotizada.
Todos sufren de paralisis intelectual y dentro de poco nos veremos inmersos en una edad oscura que lamentaremos.
El habitante monclovita se frota las manos porque ha practicado aquello de " siéntate a la puerta y verás el cadáver de tu vecino pasar" cuando él huele cadaverina.
El aspirante a la nada se retuerce de satisfacción y también de ansiedad cuando comprueba que la casita de campo monclovita se aleja de sus ambiciones y lo peor es que también le desaparecerá el jugeute que tiene entre las manos actualmente.
Los anaranjados se mueven de un lado para otro, de una manzana podrida a otra , comprobando que todo está hecho unos zorros y que apenas le quedan lugares donde alimentarse... y la perdiz se marea del todo.
Los dueños de la gusanera se mueven como pez en el agua para lograr que la manzana se desintegre y quedarse con los detritus de los que ellos son siempre partícipes y grandes soberanos.
Hay otros jefecillos que chupan cámara y dicen sandeces a diestro y siniestro sin parar porque su afición es demostrar que no hace falta estar muy preparados para desarrollar el método destructivo nacional.
España es un país que se caracteriza por administrar muy mal los dones que ha recibido y que se complace siempre en repetir los desastres de su historia que son muchos , trágicos y deleznables porque han hecho resurgir lo peor de cada comunidad y de cada individuo.
Lo peor del caso es que todavía nos queda por asistir al colofón de tanto desatino y mucho nos tememos que no es nada bueno a juzgar por la cantidad de garrulos que hay por metro cuadrado.
Podríamos concluir con aquello de " para este viaje no necesitamos alforjas" o aquello de"que el hombre es el único animal que tropieza en la misma piedra", lo que nos lleva a considerar de que quizás deberíamos de cambiar la imagen del burro, animal entrañable, por el bípedo humano y saldaríamos cuentas con Platero.
Ulises.
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