lunes, 21 de septiembre de 2015

PAÍS ABURRIDO





España se ha transformado en un país aburrido y anodino.

Nunca habíamos detectado tanto descerebrado e insulso en diversos sectores del espectro social.

Se ha socializado tanto el sistema de extender los derechos a todo el mundo que cualquiera puede aplicarte el detector de mentiras como en el programa famoso de SÁLVAME DE LUX que han descubierto un nuevo dios que es el "polígrafo".

Cualquier personajillo se cree con los derechos de deteriorar su imagen y la de los que le rodean soltando por su boca todo lo que se le ocurre, difamando, contando verdades a medias y mentiras como rocas, sin pensar en el daño moral ocasionado al que es objeto de sus perversidades.

La tribuna de oradores del Parlamento español, Congreso de los Diputados, ya es un plató de televisión donde se están consintiendo procacidades de todo tipo sin que les cueste nada a los vociferadores e insultadores de lo más sagrado.

Los políticos, ya de por sí aficionados a la demagogia, mienten con naturalidad y se han tomado el erario público como propio, ejerciendo la política como profesión rentable.

Los populistas hablan como predicadores pariendo propuestas que luego no cumplen y sí sacan a relucir soluciones que llevan consigo el derroche del dinero público, el parche momentáneo y la subvención rápida, más la colocación de los suyos, es decir, de " su casta".

La Justicia es lenta y , a veces, no se la espera., ya se sabe los códigos son garantistas y antes es el derecho de un atentador social que el de un ciudadano que cumple con las normas

Las minorías se despelotan y afrentan a las mayorías a sus creencias y tradiciones, insultando, afrentando y prohibiendo todo lo que les resulta fácil de impugnar ante la pelotudez de los débiles y sus cálculos en votos.

Ni que decir tiene la actuación de los medios de comunicación subvencionados en su inmensa mayoría y al servicio de la "voz de su amo" que se les ve siempre la patita de sus inclinaciones que no tienen que ser siempre las mismas por supuesto, es decir, el método "veleta" funciona a las mil maravillas.

Después están los tertulianos televisivos, todos en posesión de la verdad que exponen con gritos, insultos y descalificaciones sus filípicas pontificales que inducen a cambiar al canal de los dibujos infantiles.

En fin , toda una sinfonía de despropósitos que te hacen pensar qué haces en este país de tarados sumergidos en el consumo y la incultura, donde tienes que oír a un director de cine que " no se ha sentido español ni cinco minutos" y le dan el Premio Nacional de Cinematografía y 30.000 euros a los que no les hace ascos. ¡ Hay que tener cara dura!

Esta es la España actual en una Europa vacía de contenido, amoral y caduca, invadida por la media luna sin que se alcen voces sensatas y sí una sinfonía de descalificadores profesionales.

El conde don Julián, el obispo don Opas y la debilidad del rey don Rodrigo parecen haber resucitado para que otros herederos de la insensatez cumplimenten su traición. Algo similar sucedió con la caída del imperio romano.

Mientras tanto el "opio" que hemos tomado todos hace sus efectos letales contemplando cómo se cuartea nuestra sociedad.

Ulises

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