CATALUÑA EN LA ENCRUCIJADA
En España los Gobiernos sucesivos que han ocupado el sillón del poder contemplaron con demasiada complacencia las tarascadas delos llamados nacionalismos.
Estos partidos concitaron una serie de apetencias fuera delo normal y lo que es más grave alimentadas por unos políticos centralistas poco conscientes de lo que se estaba gestando.
El partido dela derecha y el partido de la izquierda han protagonizado una carrera de despropósitos de tal envergadura que la Historia les ha de juzgar sin piedad.
Ya les está juzgando porque , cuando los que lean algún libro de texto de la Historia que ellos mismos se encargaron de degradar, verán con asombro lo siguiente.
El Estado español no protegió debidamente los derechos de los catalanes no independentistas que tuvieron que soportar una educación sectaria.
Se permitió constantemente que el gobierno catalán no acatara las leyes estatales, se mofara de los símbolos patrios e insultara al resto de los españoles.
El Estado español consintió que esta autonomía se considerara por encima del bien y del mal y no cumpliera con sus obligaciones como el resto de España.
Los peperos estaban encantados con "hablar catalán en la intimidad".
Los socialistas se encamaban con los de esquerra formando un aquelarre de gobierno autonómico.
El zapaterismo se mostró bobalicón y papanatas con estos olfateadores de dinero que sólo están a gusto si obtienen negocio pero no desean ser solidarios con los demás.
Se ha consentido que ,una y otra vez, existan elecciones hasta llegar al callejón sin salida actual ,sin que el aparato legal español les hubiera colocado en el lugar que les corresponde que es ni más ni menos el cumplimiento de las leyes constitucionales.
Ahora hay un quilombo nacional, un malestar acongojante, un enfrentamiento local y una preocupación grave que se va a traducir en hechos que no tienen muy buen cariz.
La política del aveztruz ,según con quienes se practique, no tiene buenos desenlaces.
Esperemos que se imponga la cordura y el recule generalizado porque de lo contrario los burgueses se van a quedar sin sus piruletas doradas.
Ulises
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