Las tertulias proliferan en radios y televisiones todos los días , a todas horas y casi todas con las mismas caracteríticas.
Cuando comenzaron la esperanza de que aportaran algo más al pobre panorama social español fue una esperanza a todas luces demasiado optimista.
Tantos años de escasa participación de los ciudadanos en los medios ha llevado a una saturación excesiva de tertulias y tertulianos, donde la descalificación, el insulto, la prepotencia y la marca del partido político son los aspectos a reseñar.
Además hay que añadir que todos hablan a la vez, sequitan la palabra, se miran con desdén y adermás usan la tablet y los teléfonos sin recato.
El mantenedor también da sus opiniones y manipula la reunión y debate a su antojo, a veces, se desgañita para imponer el orden que no se restablece hasta que alguno de los tertulianos apela a su derecho al gorgorito.
El colmo es cuando invitan a un divo del panorama político y que está de actualidad ,con el objeto de realizarle una entrevista y flagelarle o elevarle a los altares dependiendo del grado de simpatía que despierte en el momento aunque a los pocos día se vea envuelto en una trama de corrupción.
Así está la política española entre la subvención, el convoluto y la idiotez supina.
Ibérico
No hay comentarios:
Publicar un comentario