Las últimas elecciones en España han supuesto unos cambios que se pueden calificar de "sismos locales" que han abierto los ojos a los que tenían el asiento atornillado.
La partitocracia en España logró cátedra de asentamiento y ha pervertido el sistema.
Las reformas tan cacareadas por los dos grandes no han llegado y, especialmente el Partido Popular ha administrado la crisis general, y el desastre zapateril, con prepotencia y sin saber explicar al pueblo el alcance de sus idedidas, logrando un nivel de enfado generalizado que no ha propiciado un ambiente adecuado y logrando que agrupaciones cabreadas lleguen al gobierno de municipios y autonomías.
Un desastre nacional que la inconsciencia de estos políticos del iPad , la tablet, la imagen personal, el error contínuo, las dietas y otras lindezas que contribuirán a que el dicho de " cada día que amanece el número de tontos crece" sea una realidad.
Peligran los escaños y ahora, apresuradamente, los cornetas de los dos partidos mayopritarios ponen sobreaviso a los pesebreros para que no se alejen de la fuente que les ha proporcionado la mamandurria.
Un gran suspenso por no haber explicado bien la crisis y sus consecuencia, así como las medidas que se llevaban a cabo para paliar el desastre , cuando tenían todos los medios de comunicación a su disposición, algunos de los cuales han hecho y hacen una labor pedagógica a todas luces destructiva.
El arriolismo está atónito y con las piernas flojas ante lo que se está viniendo encima.
La oposición como siempre dedicada a la destrucción y a sumar enfados.
Los radicales a lo suyo: venganza y memoria destructiva agitano los demonios habituales.
Un panorama alentador como podemos comprobar a diario.
Ulises.
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