LOS DEBATES

LOS DEBATES

Somos rehenes de los políticos en cualquier circunstancia y tiempo de forma que nuestra sociedad democrática se agita demasiadas veces como consecuencia de las apetencias de los partidos políticos y de sus cuadros directivos.

LLevamos bastante tiempo en campaña política porque estos dirigentes tanto en el poder como en la oposición no han hecho los deberes adecuadamente.

Aquellos que ocupan las poltronas desean conservarlas a todo trance y los que no han pisado moqueta hace tiempo desean volver a ella.

Unos y otros, con excepción claro de los que surgen ahora inmaculados, les importa un bledo el programa político porque no lo van a cumplir nunca. Ya veremos los que asoman su manita por las gateras.

Y, naturalmente, cuando comienzan los últimos minutos del combate, esos días antes de la hora de la verdad, surgen los debates ante el público paciente que, a pesar de los engaños,  trata de ver algún atisbo de sinceridad  en los denominados políticos y se colocan delante de los televisores para comprobar, una y otra vez, el engaño.

 Realmente pensamos que las gentes son demasiado buenas e ingenuas para seguir en esta burla reiterada, aunque también es necesaria para comprobar que siempre hay algo que decide el voto.

Los debates que hemos presenciado hasta la fecha han servido para comprobar varias aspectos.

El partido del gobierno se debate entre reconocer su falta de sintonía con la sociedad que quiere ahora rectificar y la traición a su electorado que ha sido masacrado por las medidas que tomó en su día sin más.

El primer partido de la oposición desea desbancarle pero tiene un pasado reciente de mentiras y mala praxis dejando a la nación española sin aliento y sin dinero, además de al pie del precipicio y con un líder que menciona reiteradamente al zapaterismo, origen de todos los males y fijandose en la corrupción del contrario cuando este partido está hecho unos zorros.

El partido emergente populista que quiere poder a toda costa y que cuando lo tiene ejercita su prepotencia y formas dictatoriales con descaro e importándole muy poco las formas democráticas, usa la dialéctica como arma arrojadiza y predica cuestiones utópica, trasnochadas y basándose en postulados marxistas y de principios políticos más propios de repúblicas bananeras, además de querer estar en las instituciones pero desmantelando todo aquello que ha servido para edificar la convivencia , la reconciliación y la paz.

El otro partido inmaculado parece que ofrece una prespectiva más juvenil , objetiva y llena de esperanza y que, a pesar de los ataques poco éticos, que ha sufrido y padece constantemente basa su forma de hacer política en regenerar y modernizar España con la originalidad de mostrar a todos su amor por la Patria y su unidad desde un territorio amenazado por la secesión y con una trayectoria de trabajo y honestidad que no se le puede negar.

Los debates han dejado patente estas características y será el electorado el que marque la tendencia del triunfador el próximo día 20 D con su voto porque hasta la fecha hemos visto debates decepcionantes por su formato y presentación de las cadenas televisivas y también por la endeblez de algunos intervinientes.

Nosotros que, salvo errores de bulto, como es el caso del demagógico podemita ,el día 20 de diciembre no habrá muchas sorpresas porque  las fichas están echadas y sí lo que puede existir es una marea reformista de gentes que están hartas de que se les engañen y utilicen y ésto sólo lo puede ofrecer la fuerza de la juventud formada y las ideas que representa y cuyo líder maneja muy bien el arte de dialogar y de argumentar.

Un aire nuevo es necesario que penetre en el apanorama político español.

Deseamos que el viento regenerador se instale  en la estancia de la historia política española pero que no se quede sólo allí ,sino que invada las formas y modos del comportamiento de las instituciones y de sus administraciones.

España necesita como el comer regeneración, honestidad y reformas en profundidad, una revolución pacífica para que la política sea el vehículo que solucione problemas y  no que los enquiste para  que los oportunistas llenen sus bolsillos y se vayan de rositas sin responsabilidades.

Ulises