lunes, 31 de agosto de 2015

FELIPE A LOS CATALANES

Este fin de semana Felipe González se ha dirigido a los catalanes por carta ante el acontecimiento del 27 S y de la manipulación de la Diada por las fuerzas separatistas.

Les advierte del peligro que supone una escisión para el porvenir de Cataluña y España.

Enumera en su escrito varios aspectos que ya tenían que haber sido considerados durante los gobiernos socialistas y populares y que obviaron en pleno auge del papanatismo pujoliano y el hablar en catalán en la intimidad, así como echar humo sobre  todos los casos de fraude del apóstol de Cataluña ante la amenaza del descubrimiento de aspectos basurientos de las cloacas del estado que, a pesar de todo han ido ensuciando la vida nacional.


 Defensor del pujolismo

Bienvenido el alegato tardío y solitariio.

No sabemos la repercusión que tendrá sobre todo en su propio partido que juega siempre con varias barajas y apuesta al sol que mas calienta según sople el viento.

Ciertamente que este repique de campanas se quedará en nada si el partido socialista y los demás partidos constitucionalistas no provocan una reacción importante de la sociedad catalana y de la española a niveles singulares y por la amenaza que supone el desafío separatista.

Por parte de los populares estamos cansados de ver camisas blancas, pantalones rotos, todo de marca, postureo generalizado y fotos  y auto fotos, sonrisas vacuas y complacientes y alegatos a favor de todo al mismo tiempo que se mete mano al bolsillo de los españoles.

Y también hay que decir que el pueblo español parece estar sometido a un proceso de narcolepsia que le va a llevar a su desaparición cuando sea invadido por la inercia y los grupúsculos que predican el caos total.

Sólo aparece en bañador,  o en tanga  ante los micrófonos de las televisiones y comiéndose enormes bocatas.

Después a su regreso o no se entera o manifiesta su síndrome vacacional alimentado por los programas cutres televisivos.

Espectáculo lamentable y digno de un suicida mientras a su alrededor se desmorona lo que tanto ha costado construir. 

Tampoco vemos por ninguna parte a los políticos retirados o a los actuales líderes ofrecer un frente común. Por éso los amantes de la cola de ratón se envalentonan y ofenden e insultan porque les sale gratis.

 Poco a poco la olla a presión sube de cota, los ánimos se encienden y el temor surge aunque no se muy racional.

España fagocita todo y algunos de sus habitantes se hinchan como globos ante las sugerencias de desintegración. Son los españoles canallas que siempre han existido porque aquí lo que se necesita es una regeneración por medio de reformas en profundidad que coloquen a los amantes de la subvención y del trinque en las cavernas del olvido.

Aquiles

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