Reproducimos a continuación la casta que el torero Sebastián Castella ha publicado en LIBERTAD DIGITAL por su interés y denuncia de lo que está sucediendo.
La fiesta de los toros es una tradición española y hay un determinado grupo minoritario pero muy vocero y vociferante , que pretende terminar con las tradiciones.
Es hora ya de mostrar a esta gente, dueña de la calle ,que el ciudadano medio desea su tradición y el progreso también y enviar a a todo ese tropel al lugar que les corresponde.
Ya está bien de grupitos nudistas llenos de sangre, de insultos y agravios, de niñatas enseñando las tetas en las iglesias, mientras se atiborran de buenos filetes después de una algarada de protesta.
A las niñatas que enseñan sus encantos les recomendamos que hagan prácticas delante de las mezquitas de los" comprensivos" musulmanes porque ellos tienen la clave de la solución.
A los antitaurinos les recomendamos que den instrucciones a sus colegas para que no hagan estragos en las calles en las manifestaciones y se ocupen más de la productividad del país sin acudir a la subvención.
Aquiles
Sebastián Castella
Sr. Director:Mi nombre es Sebastián Castella y soy matador de toros. Sé que en los tiempos que corren no es la mejor carta de presentación

Soy francés, afincado en España desde hace casi veinte años. Siempre he admirado a los españoles como pueblo que, históricamente, ha defendido y luchado por su libertad. Y ahora

Cada día presencio con estupor cómo se vulneran derechos fundamentales que, como ciudadano europeo, me corresponden: el derecho


Si de las leyes españolas hablamos, como ciudadano francés residente en España me irrita ver cómo se vulneran diariamente, cuando al toreo se refiere, los artículos 14 ("Los españoles son iguales ante la ley

Porque, en efecto, aquellos que estamos en el mundo del toro, como profesionales o como aficionados, somos ciudadanos de segunda, a quienes se nos cercena nuestra libertad de expresión y creación artística en nombre de una presunta corriente animalista que no encierra más que una persecución política e ideológica. Se vulnera nuestro derecho al honor acusándonos día tras día de "asesinos" y se nos priva de nuestro derecho al trabajo cerrando plazas por capricho de quienes, enarbolando la supuesta bandera de la progresía, se creen en el derecho de arrebatarle la libertad a un pueblo que necesita gobernantes que gobiernen por y para todos, incluidos los que les gustan los toros, que somos unos cuantos millones por toda España.
El problema, Sr. Director, es que está mal visto decirlo. Pero o se acaba el tiempo de la vergüenza o se acabará el nuestro. Y primero cercenarán nuestra libertad, y después seguirán muchas otras. Por eso desde estas líneas quiero hacer un llamamiento no solo a los aficionados a los toros o a los que alguna vez han pisado una plaza, sino a todos aquellos que quieren un país libre

El toreo no es de izquierdas ni de derechas. No es político

Salgamos del armario y llenemos las plazas. Tomemos las calles. Son tan nuestras como de los prohibicionistas. Y nosotros somos más. Y podemos gritar más fuerte.
Diría que es la hora de indignarse, pero no quiero usar palabras manipuladas de antemano. No hay mayor verdad que la de un hombre ante un toro bravo. En nuestra mano está que no nos la quiten.
Atentamente,
Sebastián Castella
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